lunes, 10 de octubre de 2011

Asomó de su letargo un sueño vago, revuelto y tan lejano que parecía no haber pertenecido a ser alguno.
Antagónico es que el hombre sea su protagonista ya que nunca pudo afirmarse como tal, dado que su conducta es la negación constante de “sí mismo”.
En consecuencia, la convicción que tiene frente a lo que concibe como su realidad carece de sustento, pues aquello que habita en el hombre...
¡jamás es el hombre!


Texto: Libro El eterno grito de la exitencia - Sentencias Viscerales, Sergio Abaldi

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