viernes, 23 de junio de 2017

Puede que esté aquí,
entre nosotros,
merced a la voluntad originaria.
Pero la voluntad originaria
reposa en una sustancia de la cual nada sabemos.
Por eso, puede que aquello que aquí esté,
entre nosotros,
nada más sea un boceto de mí…
un yo que no conozco.

Si es así, entonces sí
vale creer que esté aquí,
entre nosotros,
aunque en verdad nunca me traje.
Me dejé allá lejos,
fuera de todo presente o posible futuro imaginado.
Me hice y deshice en los límites
de pertenecer a un solo y único instante…
(Me sucedí entre paréntesis)

Como algo que crece a la sombra
fui tiznado por una oscuridad
que como toda oscuridad
se guarda y en sí permanece,
agazapada, con la certeza latente de saber
cuándo, cómo y dónde
se debe amanecer.

Tuve que inventar mi vida en silencio,
al costado de los guiños cotidianos
y en escenarios carentes de escenografías
anidar siempre el esfuerzo inconmensurable
para vertebrarme en algo que me interese.
 
Bajo la luz de la noche eterna
hube de domar el miedo,
cabalgar el dolor
y cuando puede acariciar la angustia
supe que el hecho de actuar aquí,
entre nosotros,
competía en diluirse con el resto
o del resto distinguirse.

Yo no elegí ser llevado a los extremos.
Yo no tuve la culpa
que el Caos me apadrine al nacer,
que en los abismos me hiciera mirar…
me hiciese ver.
Cada hombre es una isla,
un inhóspito lugar.
Son pocos los que se atreven allí a rena-ser,
a destinarse en soledad morar.
 
Ya no acarreo dudas,
comprendí que el boceto
de ese mi en este yo
se forjó en un camino puro.
Sí, del lado del mundo ilusorio
pero en paralelo, por debajo,
a fuerza de sin compañías…
Por el borde no se camina de a pares.

Texto: Libro El eterno grito de la exitencia - Sentencias Viscerales V, Sergio Abaldi
 

Imagen: Libro El eterno grito de la existencia - Sentencias Viscerales IV, Sergio Abaldi

2 comentarios:

Los Demonios Desnudos de Fransua dijo...

¡Hola! He leído tu blog. He disfrutado.

Ya no escribes más?

Saludos.

Unknown dijo...

Me encanto un poco oscuro y muy profundo